¿Cuántas veces le prestamos atención al árbol de la vereda?
Seguramente nos acordamos de ellos cuando sus raíces levantan las baldosas, las ramas viejas se caen en las tormentas, sus hojas tapan los desagües o sus flores y frutos nos producen alergia. Es cierto que el mal manejo del arbolado urbano puede convertir a los árboles en un estorbo.
Por otro lado, una buena planificación y gestión puede ofrecer muchos beneficios: brindar sombra y refrescar el aire circundante, capturar dióxido de carbono y producir oxígeno, regular la humedad ambiente, disminuir ruidos, atenuar los vientos, retener partículas sólidas (hollín y polvo) y también gérmenes ambientales, retener el agua de lluvia y moderar el escurrimiento. Los árboles brindan sensación de bienestar, embellecen el paisaje urbano y constituyen un valor de patrimonio para la ciudad.
Los invito a conocer un poco más sobre estos silenciosos seres vivos que crecen cerca de nuestras casas y en todas las calles de la ciudad. Para empezar, qué mejor que hacerlo por casa? Entrando en el sitio web de la Ciudad de Buenos Aires
http://www.buenosaires.gov.ar/areas/med_ambiente/Arbolado/?menu_id=19562, ingresando la calle y el número, podemos obtener la ficha técnica del árbol de la puerta de casa: su nombre científico, cuántos de su tipo hay en la ciudad y algunas características generales de la especie.
Quizás, conociéndolos mejor, empecemos a mirarlos de otra manera y a cuidarlos más. Y cuando vayamos por la calle disfrutemos de los miles de tonos dorados del otoño, del aroma de los tilos y los paraísos o de los colores de los lapachos y jacarandás en flor cuando se acerca el verano.